martes, 10 de diciembre de 2013

LAUREANO DE JESÚS. PUERTA GRANDE DEL CIELO.

Siempre es triste dar una mala noticia, pero más lo es aún cuando la noticia va unida a la tragedia. La falta de previsión, la inconsciencia o la mala suerte, se unieron en una pequeña población de tan solo 600 habitantes. Un joven, desconocido por muchos que hoy salta a todos los medios de comunicación - Laureano de Jesús Méndez- se hace conocido y no precisamente por sus logros en los ruedos, sino por perder la vida en uno de ellos. 

La cruda y dura realidad golpea y lo hace con toda su fuerza, una cornada en el rostro que alcanza la pared del cráneo dejó sin vida al joven novillero. Nada pudieron hacer en la Plaza que carecía de cualquier medio para estabilizarlo y tras un viaje agónico, nos dejó, sin ruido, sin fanfarrias, ni clarines, ni timbales. En el más absoluto silencio al igual que lo hacía cada tarde en el ruedo, intentando hacerse un hueco en este nada fácil mundo del toro. 

Una vida truncada en el ruedo, un ruedo donde tenemos la verdad, la razón, el sentir y el vivir. La dureza y la grandeza. La gloria y la desolación. Pitos y gritos, Aplausos y vítores. Todo ello deja de tener sentido cuando la vida de un Torero se esfuma y lo hace de esta manera.

No hay palabras para agradecer a todos aquellos que se ponen delante de la cara del toro para engrandecer este bello arte de cuchares. Todos ellos expuestos a similares circunstancias. Hoy la Puerta Grande del Cielo se abre para recibir a LAUREANO DE JESÚS MENDEZ.  D.E.P.

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