lunes, 27 de abril de 2015

Manuel Escribano, Golpea en la Feria de Abril.

Plaza de Toros de Sevilla  
La apuesta del diestro de Gerena, Manuel Escribano para esta feria de abril de 2015, se salda con un éxito rotundo. A priori parecía excesivo optar por las dos corridas duras de la feria, pero lo que está claro es que su apuesta estaba marcada por su raza, fuerza de voluntad y su buen hacer delante de la cara del toro. Dos tardes que los aficionados guardarán en su memoria, donde han podido ver a un Escribano, más maduro, más templado y más pausado.

Fiel a su estilo y su concepto, nunca rehuye la pelea y a bien que hubo de emplearse ante los dos festejos, pero lo de esta tarde con los del hierro de la A coronada, es para quitarse el sombrero.
Ha dado un golpe en la mesa del toreo, una llamada de atención, y que su toreo y sus ganas no son flor de un día, y este año, más que nunca, tiene que producirse el despegue definitivo para entrar en todos los carteles y no solo encasillarse en corridas llamadas duras.

Así han contado la tarde de Escribano con Miura los distintos medios de comunicación:

Cultoro: El diestro de Gerena, mantuvo crédito siendo fiel a su estilo. Tiró de raza y entrega ante sus dos toreables ejemplares. El segundo aprendió y se puso infame pero antes regaló quince embestidas de buen son. El quinto fue el mejor de la tarde con una humillación inusual para tan gran alzada y encaste. A este último, se fue a portagayola Manuel Escribano, un toro de 656 kg. que no se definió de salida. Ya en pie, Escribano lanceo encajado y con transmisión. Entró al quite Iván Fandiño sin demasiado lucimiento en sus delantales. Cogió de nuevo los palos Manuel y selló tres pares de importancia, destacando el último al quiebro al hilo de tablas. Ya en la faena, Escribano anduvo limpio y fresco de ideas para plantear un trasteo basado en el derecho ante un toro que se dejó por ese pitón. Fue al natural donde se rompió Manuel en varios muletazos con regusto sevillano, para sellar un concepto de torero maduro entre las notas de ‘Cielo Andaluz’ que el Maestro Tejera instrumentaba. La certera estocada puso fin a su actuación. Arreó el segundo de salida en el recibo capotero de Manuel Escribano. Se arrancó desde los mismos medios al peto en la segunda vara, en unos momentos de emoción. Puso todo el empeño en tres pares de banderillas de emoción para dejar uno final en quiebro en las mismas tablas que levantó la plaza.

Aplausos: Manuel Escribano paseó un trofeo y se le pidió con fuerza el segundo tras lidiar al quinto, un toro cinqueño con 658 kilos. Se fue a recibirlo a portagayola, toreándolo después muy bien con el capote y brindando la faena a su compañero Eduardo Dávila Miura. El toro, dentro de lo que es Miura, fue noblón, y eso lo aprovechó Escribano, que también apostó desde el principio por el animal. Centrado, dándole los tiempos y las distancias acertadas, culminó su labor de una certera estocada. La muerte del toro fue espectacular y la oreja para el diestro, maciza.

Magnífico resultó el recibo capotero de Manuel Escribano al segundo, con largas cambiadas en el tercio y lances bien ejecutados. Ante el miureño tuvo una destacada actuación el picador José Manuel Quinta, ejecutando un soberbio tercio de varas. Escribano, que en banderillas apostó fuerte por el toro, abrió su labor muletera con pases cambiados por la espalda, pero el animal empezó a apagarse demasiado pronto y a mostrarse sosón en su embestida. Por el izquierdo además no servía. Faena y toro, a menos. El de Gerena mató de estocada tras pinchazo y saludó una ovación. El de Miura, que tuvo una muerte espectacular, fue aplaudido en el arrastre.

ABC: Manuel Escribano «resucitó» en esta corrida, hace un par de años. Ha estado muy valiente, ahora, con los Victorinos. Saluda con una larga en tablas al segundo, que hace buena pelea en varas (se luce José Manuel Quinta). El diestro protagoniza un tercio de banderillas desigual pero emocionante: de poder a poder, con arriesgados quiebros; sobre todo, el último, saliendo del estribo. Cuando para al toro con la mano, las palmas echan humo. Recibe con dos muletazos cambiados al huracán que se le viene encima. Comienza con buenos derechazos pero el toro desarrolla sentido: prueba, mira, busca; no tiene, ya, ni un pase. Hasta hace hilo, al ver el estoque. Así son algunos Miuras... A la segunda, gran estocada.

El quinto, de 656 kilos, sale parado, enterándose, se asoma por encima del burladero. Manuel traga muchísimo a portagayola, se luce en otro tercio de banderillas de gran aguante. Brinda a Dávila Miura. Se dobla, aguanta coladas, logra tres derechazos lentos. Al final, ha resultado noble pero había que estar tan firme con él como está Escribano, que logra una gran estocada: oreja y petición de la segunda. Ha justificado plenamente su Feria.

El Mundo: Superior anduvo Manuel Escribano con el gigantesco y cinqueño quinto (salvo el errático principio por estatuarios que casi lo estampa en tablas). Media distancia y zapatillas asentadas. Pesaba el toro. Por la izquierda también. La emoción de cuando hay verdad en un tío trepaba. Muletazos largos por las dos manos. Trayéndoselo embebido desde una disposición y colocación extraordinarias. Hasta el punto de soltarlo en su momento. Se tiró a matar con fe. Como una vela. Espectacular la muerte del miura. Oreja de ley. Importante el tipo como el toro.

Ficha del Festejo
Ganadería de Miura, bien presentados y de juego desigual

Dávila Miura, ovación con saludos / oreja
Manuel Escribano, ovación con saludos / oreja
Iván Fandiño, silencio tras aviso / silencio


Incidencias.- Casi lleno en los tendidos en la última de feria. 

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